"Ya he vuelto a mi vida chata y monótona,
que sólo tiene algún placer en su uniformidad,
y alguna grandeza, quizá, sólo en su perseverancia.
En cuanto rompo mi ritmo ordinario y quiero volver a él,
siento una amargura sin fondo".
Flaubert
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Marchitos los juveniles sueños
nublado el cielo
de la esperanza mía
Minuto a minuto
me consumen
terribles miedos
y crece
con mi soledad
mi agonía
Sobre aquel terso cristal
se refleja alegre mi fantasía
más la triste realidad
quiebra el cristal
y se alza sombría
Lágrimas vierto
en silencioso anhelo
indiferente el mundo…
mudo el cielo…
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Escrito el 28 de diciembre de 2007