0 comments

Aburrimiento

Mi aburrimiento arroja sus flemas
Con el desespero y el malestar
de una enfermedad crónica

En cualquier momento
El trasfondo vomitará su rutina
Y fluirá un cambio de música

Se detiene en seco la hipnosis
Las murmuraciones en mi cerebro se saturan
Protestando enfurecidas contra mi pensamiento seriado

Si no despierto mis alternativas
El movimiento perderá su energía
Y su representación estática
Acabará devastándome.


Sillas rojas de un café

0 comments

Regreso


Como se oficia un atleta
En la derrota final
Sin lamentar la ausencia del milagro

Como se mantiene en pie el humillado
Sin dejar apabullar su honor
Con la mirada airada pero contenida

Como se hinca el alma
En la caída de las lágrimas
Sin avergonzarse del miedo

Con la bandera furibunda del dolor
Atada a la podredumbre de este capítulo
Con la bandera de la esperanza destrozada

Aún con el cansancio
amarrando a mis pasos
el ejercicio eterno del olvido

Así, para ir de regreso a mi fortaleza
Atravieso de nuevo el pequeño espacio
entre mi Escila y mi Caribdis.




0 comments

Dormir

Las deformadas engañifas
Embriagadas en sus galimatías nocturnos
Escupen su malestar
Maniobrando un nuevo insomnio
En medio de la cortesía del cansancio

El reloj
Con su gran manecilla de madrugada
Aúlla victorioso
En las fibras de mi cuerpo

El susurro vacilante del sueño
Dicta mis parpadeos desconcertados
Palidece el tiempo
Y la fatiga conmocionada de mi cuerpo.

La faltriquera de mis pensamientos
Descabalados entre idea e idea
Se enredan infinitamente
En una maraña alborozada
Encima de mi ojos

Apago la música
Y desato la cabeza

Aurora boreal


0 comments

Dolor

Ahora que estás llorando,
aunque sea de a ratos y de a poco,
deja que esas gotas tan humanas
surquen tus mejillas,
y se abran camino entre la calidez
de tu piel y tu tristeza.

Pasea un momento por el parque de tus dolencias,
abraza el tronco de tus molestias
como a un sabio y viejo maestro.

Entra entre puntapiés insensibles
y admira la armonía seca y profunda
que crean los lamentos de tu miseria.

Ve al lago melancólico,
siente su arcaico y experimentado sufrimiento,
humedece los pies en su orilla.

Y si te sientes valiente,
date un chapuzón a tu mejor estilo infantil,
que no teme y por ende disfruta más.

Aprovecha el dolor que te queda,
antes de que el sutil aroma de su ingenuidad
se disipe en tus entrañas.

Aprovecha el dolor mientras dure,
prueba suprema de tu humanidad
y el carácter sensible de tu realidad insomne y fláccida.

Aprovecha el padecimiento
antes de que se congele en tu corazón
y cicatrice deficientemente con algo de sangre y de vida,
que luego se vuelve escarcha,
como el futuro.

Hielo
 
;