Un oleaje de desesperación estremece mis músculos,
en un estallido breve pero memorable,
agoto apasionadamente las reservas de mi fuerza.
Jamás un estallido ha durado lo suficiente
para escapar de aquella tierra confinada de palabras
y procrastinación.
No puedo sentarme a escuchar los espíritus
de la prognosis
mientras acumulo una nueva ración de ímpetu.
Así que, en una embestida visceral
me he puesto las vendas de la locura.
Sus espinas se han clavado profundamente
en cada centímetro de mi cuerpo.
El sufrimiento me invita
a abandonarme en pasado y futuro,
me separa de mis pensamientos
me arranca la piel y la deja en las vendas.
Con cada paso
en medio de un estremecimiento ensordecedor,
millones de escombros caen de mí
como costras de un cuerpo enfermo.
Mi caverna se desmorona lentamente,
cubriendo para siempre
miles de palabras y pensamientos elaborados,
robándome la inteligencia
y dejándome apenas como un ser animado,
con un único propósito atormentando mis músculos.
Las vendas me han convertido en un zombie,
no tengo pensamientos elaborados,
soy incapaz de tener alguna emoción,
reacciono a estímulos básicos,
sobrevivo consumiendo propósitos,
sobrevivo moviéndome.
Soy una máquina que se alimenta
gracias a su propia oscilación.
Hurgo en la tierra tragando todo lo que me hace más fuerte.
Artista: Xolotl Polo |
07/08/2012
Lee la versión en prosa aquí.