Proyección

No espero trasuntos de los días ni horas monótonas ni aburridas. No quiero rutinas preconcebidas ni planes acostumbrados, por muy cómodos y seguros que sean. Quiero apañármelas a diario con situaciones novedosas e inesperadas, y verme sorprendido con mis propios pensamientos y actitudes.

Así tenga que caminar por vericuetos, con gusto los aceptaré si estos me brindan originales destinos.

¿Acaso he firmado un contrato con el aburrimiento? Seguro rescindiré con llamas tan infame atadura.

No atañen a mi vida cuadriculadas y repetidas sucesiones de eventos conocidos. Atañe a mi existencia la magna fruición por la vida y los desmedidos regalos que ofrece. Me corresponde deleitarme con exageraciones y detalles, y cosas aparentemente normales. Me corresponde resarcir del profundo daño y desesperanza a quien la vida le ha mostrado siempre la misma cara, y la misma expresión plana e incolora.

Deseo escuchar el cotillero de las intrigadas gentes que se preguntan por la razón de la gravedad que atrae tan desordenados e innovadores acontecimientos a mi fuerza juguetona pero intensa.

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La sorpresa se pasaría el día papándome las horas y los pensamientos, y quizá se propalarían invectivas contra mi invisible más no inexistente responsabilidad y compromiso. Tales insultos serían delicias a mi oído.

No me veo amilanado más por el tedio, y ya no cae mi ánimo con las rígidas rutinas que se presentaban frías con los amaneceres. Mis atardeceres abatidos se transformaron en insospechados trasfondos y las noches dejaron de verse en blanco y negro.

Tal vez soy un acobardado, y es que el llevar una vida tan poco interesante me causa tal miedo que quedo aturdido y sin acción. Le tengo fobia a la monotonía, al aburrimiento, al hacer siempre lo mismo, a decir siempre lo mismo. Me hastía la falta de originalidad y novedad en mi vida. Me enferma, me desespera.

Yo le digo a la gente que soy asocial y muy callado. La gran mayoría me dice que no parece. Tal ha sido mi empeño y mi perseverancia, poco a poco mejoré y aunque falta mucho todavía, he cambiado ostensiblemente.

Así, algún día diré que soy aburrido y la gente no me creerá. Así, algún día quiero poder decir: "Mi vida era muy plana y aburrida, pero ahora sería una blasfemia decir eso".

No aflojaré en mi empeño, no retrocederé, no cejaré nunca. Pues las oportunidades y las decisiones las creo yo, yo construyo mi realidad y yo hago que las cosas sucedan. Yo soy el que tengo que sorprenderme a mí mismo, y no seré nunca aburrido para mí mismo.

Yo creo mi mundo con mis pensamientos y deseos y lo haré con tal ímpetu que necesariamente se verá recompensado mi esfuerzo.


Agosto 20, miércoles. 2008.

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