Castigo [Cuento]

Un hombre perverso y odioso, se deleitaba con arduos deseos de ejecutar su venganza. Había sido ofendido y con ira juró vengarse.

Un día, aprovechó la situación y sin planear un sólo movimiento, acabó con la vida de una mujer.

Una mirada malvada se dibujó en su rostro: Sonreía lleno de placer. Con satisfacción miraba su víctima y se alegraba de haberle dado su merecido.

Después comenzó a meditar en silencio, y con todo tipo de argumentos, justificaba su acción y se justificaba a sí mismo.

De pronto apareció una delgada niebla, y se escuchó una voz aguda y clara. Él tan sólo prestó atención a algunas palabras, suficientes para comprender de lo que se hablaba.

La voz le dijo que recibiría el castigo por su maldad. Al ejecutar su venganza había despertado a un espíritu que finalmente salió de su sueño por la sucesión de maldad en el mundo. La voz terminó diciendo: ¡Maldito eres!

Luego desapareció la niebla y unas figuras de color púrpura y rojo se acercaron a él. Una de ellas lo agarró del brazo y el hombre perdió el conocimiento.

Apareció en una atmósfera sin luz, tan pesada que apenas podía respirar. Escuchaba sonidos estridentes por todas partes. En la punta de la lengua sentía un sabor punzante que iba y venía por todo su cuerpo.

Una sombra pequeña se le acercó, explicándole la naturaleza de sus castigos: Una sombra distinta le llevaría a un lugar particular y leería detalladamente las razones y características de cada uno de los castigos a los que iba a ser sometido.

Le dijo a muy pocas personas se las castigaba de esa manera. Las sombras eran precisamente entidades que habían sido castigadas.

Entonces se oscurecieron los ojos del hombre y el aire se extinguió por completo. La primera sombra apareció y se presentó con su nombre. Le dijo que era su primer verdugo.

El hombre nuevamente perdió el conocimiento: La sombra lo había agarrado del brazo.

“Ellos en el camino” Xolotl Polo Díptico. Acrílico sobre lienzo, 145 x 80 cm.
“Ellos en el camino” Xolotl Polo Díptico. Acrílico sobre lienzo, 145 x 80 cm.

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