Locura

Mi mente le arrebata la inmovilidad a las cosas, a los conceptos. De alguna manera insospechada y desconocida, fuera de las dimensiones humanas, crea movimiento y dinamismo en su representación sobre un mundo en mi cabeza. Un mundo que puede volverme loco.

Movimiento en un mundo que se convierte en cientos y miles de puntos céntricos, dolorosos y desesperados. Movimiento intrusivo y agobiante, que se cuela por entre mis sueños y mis despertares, en apariciones multicolores, aprovechándose de los resquicios quebradizos de mi embotamiento dispersado en miles de instantes y en miles de absurdas cosas cada día. Penetra mis imágenes y mis palabras con una fuerza cuidadosamente descargada, evitando así que se me vuelen las neuronas.

El dinamismo jamás en mi vida fue tan intenso y profundo como ahora, haciendo jirones la realidad; inyectando con pasos alocados dosis altísimas de surrealismo, incrementando el color y la relación entre las cosas, incrementando mi suspicacia, aunque sin desespero. El desespero sólo aparece con la descabellada idea de una locura asilar, idea permanente y fija en el intranquilo espíritu que mi cuerpo contiene, idea madre de tantas otras, irreales e impulsivas; ocasionando en cada descuido de los párpados distracciones cercanas a la enfermedad, o para no demandarme a mí mismo, un desorden.

Locura
“El sujeto padece un difuso desorden mental, padeciendo de alucinaciones visuales, y en algunas ocasiones más problemáticas, auditivas. Se recomienda un tratamiento de…”

Paradójicamente, me parece bastante interesante, no muy preocupante. Casi imagino el consultorio, y las batas blancas, y el mundo extraño de los pabellones y salas colmados de monstruos y fantasmas y todo tipo de criaturas y seres de millones de mundos, alojados ya no en las cabezas de sus dislocados portadores, sino en la tridimensionalidad de las paredes blancas, entre drogas, manualidades y televisión inofensiva.

Disfruto con la idea, disfruto los síntomas. Disfruto las apariciones vívidas, colosalmente llamativas, angustiantes y distorsionadas. No me asusta verlas desmenuzando la realidad de manera tan brutalmente explícita, siempre extraña, siempre.

Quizá un día todo se desborde, quizá las barreras dejen de contener las fronteras y los límites. Son riesgos que dominan mi vida, y que, a un tiempo, la favorecen.

…..

0 comments :

Publicar un comentario

¿Te gustaría decir algo?

 
;