Tu alma me inyecta
Un fervor desmedido
En mi sangre
una voluntad briosa y densa
inventa una fortaleza medieval
para enaltecer tu voz
...
En cada conversación trascendental
tu recuerdo ejecuta
en mis palabras
un rastro solemne
Tus reflejos
que por tantas corrientes
disiparon mi mundo
se forjan desmedidos
En medio de un suspiro trivial
fragmentos míos se lanzan orgullosos
de ser tus hijos
sin parar de sonreír
...
El resto de mi vida
la escribiré con tu tinta
en un semidestino para tus sentidos
Y cuando muera
Mi sonrisa forjará tu esencia
Esa que fue siempre
Mi primera y última
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