Melancolía

Las frías palabras,
mías o tuyas,
nunca fueron dichas...



A los que corren en un laberinto,
su misma velocidad los confunde.
Séneca


Amo la melancolía breve y perfumada.
iluminada con cierta elegancia,
con cierta fortaleza.

Se parece a una mágica tarde hecha a lápiz
De esas que te despiertan la sensibilidad
casi hasta el sufrimiento.

Me gusta recordar lo más hermoso,
tesoros antiguos
Aunque, a veces, inespecíficamente,
se bosquejan pequeñas punzadas mutiladas

No duelen, pero emanan suspiros
colmados de melancolía, pesimismo y aflicción
Todos con sus dejos de perfeccionismo.

Y a veces la gallardía de la melancolía
se funde conmigo
En silencio,
muy dentro.

Tristeza, displicencia, orgullo, dispersión.
Todas ellas gozan con movimientos desnudos,
con un placer parecido al erotismo.
He vivido con ello,
y cada día es menos difícil.
Tanto que suelo confundirme entre sus carnes.

--

Sucede, sin embargo
Que todo esto es muy complejo,
deteriora cosas.

Para ti es excesivo y desprevenido
Para mí no sobrepasa una cierta carencia de probidad.
Es un eco que tengo destinado.
Nunca se separa de mi experiencia
Si me daña, no lo noto,
como un buen vino en exceso.

--

En todo caso
estoy detenido en un laberinto
porque también arde algo maravilloso en mi juventud.

Es tu mundo.
Que también es un buen vino
Empero, infinitamente más dulce y exquisito

Tu alma evoca cosas fuera del tiempo.
Fuera de la melancolía y las lágrimas del espíritu.
Contigo he tocado el límite de un renacer
en un delirio.

¡En qué fascinante momento estamos!
¡A qué grandiosas novedades nos abandonamos!

--

No puedo protegerte de mí
Del sino que cicatriza
Más con algo de premura
mi cariño sabrá acomodarlo
De la misma manera que ha colocado tu mirada
en un esplendor despierto y lleno
con una promesa atesorada cada mañana
y con la necesidad de una carta que se relee por años.

Así que recordemos los tesoros antiguos
con sus propios consejos y pactos
Juremos cada tanto que comenzaremos caminos mejores
Tenemos la gallardía y los corazones.

Borremos los torvos actos
y las palabras de acero
y las palabras de ácido

Busquemos nuestros labios y el brillo en las pupilas
Seamos felices así no lo merezcamos
Exprimamos la calidez del mundo.
Y démosle la espalda a lo desafortunado con un abrazo.

Sí, es una peligrosa elección
¿Te arriesgas conmigo?

Hombre tocando el violín con una mujer desnuda

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