Ángeles de la muerte

Empecinados en una imperecedera lucha
por nuestra salvación
Y nacidos para establecer vías infinitas
hacia la felicidad inalcanzable

Los hombres somos
por naturaleza
ángeles de la muerte

A través del espacio y del tiempo
explotamos insistentemente nuestras almas
con el fin único y desolador
de encontrar el elixir de la felicidad de nuestra especie.

Somos nuestras propias vías de desperdicio
consumiéndonos los segundos de los demás…
como buitres

En nuestros cerebros carcomidos por la razón
levantamos un límite de tiempo y espacio
en donde somos guerreros,
siempre encaminados a la destrucción

En la noche nos esconderemos
en los resquicios más oscuros
de nuestra mente

Al amanecer acometeremos otra vez la lucha
cara a cara con miles de espejismos
entre caminos maliciosos
llenos de sangre y violencia

Los verdaderos ángeles de la muerte
deleitándose con nuestra autodestrucción,
nos felicitarán por nuestra independencia
de la vida y de la muerte
de sus ángeles y sus aves

Nosotros mismos hemos hecho su trabajo
Destrozándonos la carne
Y condenándonos al verdadero infierno de la putrefacción

Hombre arrastrando el tiempo

Poema de Miguel Ángel Adarme Acevedo publicado en la revista Capital Letter. No. 16 de la Universidad Nacional de Colombia. página 30.

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